3 de diciembre de 2009

Pintura en Tela I

Cuando tenía 16 años, un amigo de la barra me regaló una caja con pinturas de tela a medio gastar. Me dijo que casi no las usaba, si las quería. Las acepté aunque hasta el momento no había pintado sobre tela…

Años después, mi tía abuela Celeste, poco antes de su muerte y sintiendo que una sobrina política volaba como cuervo sobre ella, me legó parte de su herencia: una bolsa con pinturas de tela, una cajita con pinceles y una especie de paleta de colores cuadrada. – Quedátelas – me susurró, - Para que no se las lleve Graciela
No me importan las herencias, ni el dinero… pero este regalo me llenó de alegría.
La tal Graciela se ocupó de meterle los nietos por los ojos para convertirse en su luz y sombra, hasta obtener el poder de internarla en un Hogar de Ancianos y quedarse con todas las cosas que mi tía abuela guardaba en su casa. Celeste murió poco después, en el Hogar, seguramente de tristeza.

Así fue que recibí mis primeras pinturas y me vi alentada a comenzar a pintar sobre tela. Al comienzo pintaba retazos de tela que le sobraban a mi madre cuando hacía algo de costura. Luego ella misma cosía mis dibujitos sobre los forros de los almohadones. Ya saben cómo son las madres buenas, te alientan en todo lo que haces, aunque sean mamarrachos… ja!







Los primeros dibujitos eran relativos a las artes marciales, ya que era por ese entonces mi gran aficción y practiqué Karate durante varios años.





Mi madre, siempre ha sido gran amante de la naturaleza, así que me pedía que le pintara en sus remeras: florcitas que juntaba en paseos a las Termas de Daymán, etc.





Aquí hay trabajo en grupo. Yo pinté la parte superior de la muñeca y mamá bordó lo que sería el vestido.



En esta remera mi madre eligió su representante en el Horóscopo: El Toro.



En esta remera le pinté un dibujo abstracto que ella dibujó.


Esta es una de mis camperas favoritas. En la espalda le pinté un dragón.



Así fueron mis pequeños avances... nunca fui a clases de pintura sobre tela, ni nada... solo me divertí con pinceles y colores. Pero les aseguro que es buena terapia. La idea es sugerirles una linda manualidad para entretenerse y pasar el tiempo. En las próximas entradas verán paso a paso mis últimas remeras pintadas...


Continúa...

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