18 de julio de 2009

Chatarra Tecnológica



18 de Julio, hoy se conmemora la Jura de la Constitución. Aunque me he dormido y no he podido escuchar el himno a las 7:00 a.m. en la TV... amo el Himno Uruguayo, es realmente hermoso.

Es un invernal día gris y lluvioso. Mi impresora Epson ha fallecido.
Y lo digo de esta manera porque es todo un duelo para mí.
Es cierto, me encanta la tecnología, pero me preocupa la chatarra tecnológica. No me seducen las compras masivas o impulsivas. No me importan los nuevos modelos de celulares o impresoras, me gusta usar mis viejos “modelos” hasta que ya no den para más, es mi filosofía. No quiero seguir tirando más chatarra en mi pobre mundo a costa de satisfacer mis ansias compulsivas de shopping. Pero llega un día en que hay que tirar lo viejo y cambiar a lo nuevo...


Ayer tuve que comprarme nuevo celular. Y eso que me resistí hasta último momento….
Primero fue que cada día la carga duraba menos y lo que antes duraba como 5 días, ahora apenas 24 horas. Luego los mensajes de texto que me llegaban 6 horas después de que me los enviaban, lo que me perjudicaba en mi trabajo. Finalmente, varios alumnos se quejaron de que me llamaban y que siempre lo tenía apagado, siendo que nunca apago el celular. Obviamente ya era hora de cambiarlo. Ayer lo he hecho. Pero el “viejo” seguirá acompañándome hasta que ya no sirva para nada de nada…
Qué tema... las cosas nuevas duran mucho menos que las antiguas. Las licuadoras de nuestras madres y abuelas duraban años y años, las nuevas... parecen descartables.


Y hoy la impresora. ¡Mi amada Epson 670! Me ha acompañado en tantas mudanzas… la compré cuando vivía en la capital. Ella ha impreso cientos de ejercicios para mis alumnos, además de fotos, libros digitales y mucha más información. Y eso no fue todo... Tuve una alumna que tras aprender Diseño gráfico, se puso a crear y vender tarjetas de cumpleaños, bodas y demás, en su barrio. Así que las diseñaba en casa y las imprimía en mi Epson. El carril de mi Epson es más anchito que las impresoras de ahora y podíamos poner unas hojas de cartulina bastante grandes, para imprimir varias tarjetas. La 670 imprimió cientos de coloridas tarjetas…


Luego de varios años comenzó a andar mal. La mandé a arreglar al menos 3 veces, y luego de eso me duraba unos cuantos meses y volvía a romperse. Cada arreglo me salía en dinero la mitad de lo que sale una impresora nueva, pero no me importaba, yo no tiraría mi linda y querida impresora, de cartuchos económicos.
Pero hoy, ni siquiera ha encendido… nada, su luz se ha apagado. Y aunque me duela, he decidido dejarla descansar, ha trabajado tanto y tan bien… ya merece descansar.




No quiero tirarla, quisiera “reciclarla” y que pudiera servir de algo más. Escucho propuestas, sé que hay gente inteligente en Internet y podría alguien tener una buena idea para reciclar impresoras. No quisiera que mi Epson 670 fuese a parar con el resto de la chatarra tecnológica. ¡Cómo voy a extrañarla!
Miles de toneladas de chatarra tecnológica van cada año al vertedero. Menos de un 10% se recicla. Los componentes de esta chatarra son altamente tóxicos para la tierra. Si estos materiales no se reciclan adecuadamente pueden pasar a la atmósfera o bien filtrarse a través del suelo y contaminar las aguas de los ríos.
Lo que no se tira, se regala a los países pobres. Éstos a su vez se llenan más rapidamente de chatarra ya que los productos usados caducan mucho antes que los nuevos. Un ciclo de nunca acabar.
Sé lo lindo que es acceder a las nuevas tecnologías, pero no prodigo la compra desmesurada de los nuevos lujos. Recordemos a nuestras abuelas, cuando la ropa se gastaba, la zurcían. En mi casa, los vestidos pasaban a ser pequeños manteles y cuando se rompían pasaban a ser servilletas y cuando ya no daban para mas pasaban a ser trapitos para limpiar superficies.
Esto es lo mismo, debemos usar las cosas lo máximo posible, si cambiamos, mantener en uso lo viejo o regalarlo. Todos los días salen nuevos modelos de celulares, pero eso no significa que todos los meses nos compremos uno nuevo. Usémoslo hasta que se rompa, igual con la computadora, con la impresora, con el escáner.
Y ojalá nuevas empresas recicladoras surjan, para poder darle nuevo uso a lo que tiramos…
Estaremos, sino, siendo simples consumistas que con el afán de tener lo último, dejamos en el camino lo más importante: la salud de nuestra querida Tierra.

12 de julio de 2009

Ajo y Perejil

Me encantan estos dos vegetales, mucho. Y por cierto que si repaso sus virtudes, más ganas de consumirlos me dan.
Hoy he preparado un bollón de mi condimento predilecto: simple, económico, sano y muy beneficioso para nuestra salud. Ingredientes: Perejil (de mi huertita), ajo, vinagre y aceite de soja. Antes no nos gustaba este aceite porque era bastante "hediondo". Ahora parece más suave, y claro, tiene dos virtudes frente al resto de los aceites: posee ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6, es un aceite vegetal que proviene del prensado de la soja. Y es bastante más económico que el resto.


Piqué varios dientes de ajo y ramitas de perejil.



Luego le puse Vinagre (no demasiado o da un gusto amargo que no me gusta mucho)




Luego le agrego el aceite de soja



Listo, tenemos el ajo al fondo del bollón y el perejil arriba, ya humedecidos con el vinagre y aceite.



Ahora hay que agitarlos para que se mezclen bien




Ya está listo mi condimento favorito!! Ahora va a la heladera unos cuantos días donde macera y resalta su sabor.

Claro que yo no tengo tanta paciencia y este mismo mediodía he colocado un poco del condimento sobre los tortelines de jamón y pollo.
Mi padre hacía este condimento y solía durar hasta un año en la heladera sin ponerse feo. Claro que no se si es lo adecuado dejarlo tanto tiempo con el aceite de soja, mejor hacerlo con el aceite de maíz. Aunque en esta oportunidad yo probé con el de soja pero seguramente lo consumiremos en unas cuantas semanas....
Es ideal para acompañar carnes, pastas, etc.

Bueno, repasemos las propiedades del Ajo:
Este vegetal actúa como medio preventivo y curativo en distintas enfermedades. Por ejemplo las relacionadas a problemas de las vías respiratorias.
Es estimulante, diurético y expectorante.
Es bueno para eliminar parásitos.
Previene la hipertensión y la mala circulación. Actúa como protector en la calcificación de las arterias. Por ser purificador de la sangre, beneficia ampliamente a nuestro corazón.
El ajo ayuda a eliminar los viejos residuos que van quedando en el organismo, sus enzimas favorecen una buena síntesis de los ácidos grasos, ayudando a bajar el colesterol malo o LDL.También da buenos resultados en casos de reuma.
Tiene un alto contenido de fósforo y de azufre, por eso se destaca como un sedante especial para los nervios.
Y miren esta información:
No es propiamente el ajo quien nos deja ese mal aliento luego de consumirlo, sino las toxinas acumuladas en nuestro organismo al combinarse con los activos principios eliminadores del ajo. Por lo tanto las personas que practican una alimentación muy sana y natural, donde el ajo es habitual, no tienen tan mal aliento como las que consumen alimentos ricos en grasa, bebidas alcohólicas, etc.
Igualmente, este olor para algunos tan desagradable dura un corto tiempo.

Y como se aconseja comerlo crudo, porque cocido pierde más del 90% de su efectividad, les invito a hacer este sano condimento

Y qué se dice del perejil:
Este vegetal tiene alto contenido de vitamina C y A, por lo tanto será útil para reforzar nuestro sistema inmunológico y nuestra piel.
También tiene un alto contenido en minerales: hierro, fósforo y magnesio, los cuales son necesarios para llevar a cabo nuestras funciones vitales.
Es un potente diurético, buen complemento en dietas de adelgazamiento por su poder eliminador de la grasa corporal.
Es buen digestivo, regula el transito intestinal, elimina los gases.
También sirve para mejorar las afecciones hepáticas.

A no perder tantos beneficios y aderezar nuestras comidas con ajo y perejil!

3 de julio de 2009

Reciclando una Silla Playera

Cuando mi padre falleció, comenzamos a limpiar los galpones del fondo.
Esto sucede casi siempre, cuando alguien fallece: el que le sucede, debe animarse a limpiar, tirar y/o regalar lo que sabe que ya no aprovechará.
Mi padre no tiraba nada... todo guardaba. Siempre pensaba que aquella tuerca, o el pedazo de alambre, el frasco vacío, la lata de aceite, el balde roto, el palo de la escoba vieja, las monedas fuera de circulación... podrían servir algún día para algo... y cada uno de estos objetos iba tomando su lugar en los galpones...
Lo cierto es que luego olvidaba muchas cosas de las que iba guardando y los objetos cumplían sus años, sin que nadie los sacara siquiera para festejárselos.

En medio de una limpieza que llevó varios días, mandamos a remate muchas cosas, tiramos otras totalmente inútiles y encontramos algunas… que luego de observarlas, decidimos reciclar. Una de ellas, fue esta vieja silla playera.

Esta silla, tenía años tirada en el galpón. Había pasado inadvertida y cuando limpiamos el galpón grande, la dejamos afuera, apoyada contra una pared. Volvimos a olvidarnos de ella y varias lluvias cayeron sobre su estructura, herrumbrándola por completo. Los trozos de tela donde uno se sentaba o apoyaba la espalda, eran viejos pedazos de cuero y lona, sucios, rotos, remendados con hilo fuerte.
Un día, cuando ya salíamos al próximo remate, alguien preguntó: - ¿Qué hacemos con esta silla? La tiramos o la llevamos al remate?
La observé y logré descubrir debajo del herrumbre de sus caños y de la suciedad de sus trapos… un haz de luz… algo que decía: "Recupérame, no me arrojes…"

Así que sin pensarlo dije: - No! Déjala, la voy a reciclar

Le quité las tiras de telas diferentes y la observé. Me fui hasta la barraca a comprar papel de lijar fino. Y comencé a lijar....






Así estaba al comienzo... partes bien marrones llenas de herrumbre...



Paciencia... a lijar se ha dicho...



Va quedando mejor...


Lijar lleva su tiempo. El herrumbre se va aflojando, soltándose y ensuciando la ropa de marrón... Por eso hay que usar delantal.





La pintura.

Compré un verde manzana. Quería una silla bien alegre y diferente a las plateadas comunes que se vende por ahi. Así que comencé a pintar el metal de la silla. Finalmente, dejé secar bien la silla durante varios días.

Había que ponerle las tiras. Las viejas telas no eran la solución ya que estaban sucias y gastadas... Pero no tenía intención de salir a comprar telas nuevas... Siguiendo con la idea de reciclar, busqué unos vaqueros (pantalones de jean) que ya no usara desde hace tiempo. Encontré un par y ahi comenzamos a cortar tiras largas y a coserlas alrededor con la máquina de coser eléctrica.

Luego las fijé con tornillos a los caños y las tiras que colgaban se cosieron.

Y este fue el resultado. Para haber sido una silla que yacía escondida y herrumbrada en el galpón desde hacía años, ahora tiene el colorido desfachatado de quien comienza nuevamente a vivir la vida. Y lo que más me agrada, no tiene su doble, no tiene su clon, ella es única!